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miércoles, 16 de abril de 2014

El camino

De vez en cuando me pregunto, ¿por qué me gusta tanto viajar? La respuesta lógica sería porque la meta es un lugar atractivo, especial. Pero, ¿y cuando no conoces esa meta? Cuando desconoced dónde acabarás y en qué circunstancias. Es entonces cuando la respuesta que yo doy a esa primera pregunta cobra sentido y se hace presente. A mí me gusta viajar por el camino. Nunca sabrás qué puedes encontrarte o incluso a quién, eso es lo mágico de viajar, y quizá, sea también lo mágico de la vida. ¿Quién te puede decir sí mañana te despertarás en un piso en Londres o en un coche en medio de una carretera irlandesa? El camino está lleno de aventuras; de pérdidas y de sumas; de encuentros, desencuentros e incluso reencuentros; y si vas demasiado rápido por alcanzar tu meta, quizá te pierdas todo eso. Y como decía Muerdo, "cada paso y todas las caídas". Eso es de lo que se trata la vida. Seamos capaces de darnos cuenta de que lo verdaderamente importante no es final, si no el camino que recorremos hasta llegar a esa meta. Un camino cargado de emociones y sentimientos, de puertas que se habren y se cierran, de sueños y pesadillas que tarde o temprano que tendremos que afrontar. Y, ¿qué es la vida si no una sucesión de acontecimientos? En nuestra mano está si sentarnos y verlos pasar, o tomar parte en ellos. Hasta entonces.

Rooftops' inhabitant